27 junio, 2025
Desde tiempos inmemoriales, la alquimia ha buscado convertir los metales en oro pero, a nivel espiritual y simbólico, esta práctica es también un proceso de transformación interior y evolución del ser. Para Gara, la alquimia es una poderosa metáfora que utiliza para emprender un viaje personal hacia el autoconocimiento, donde cada canción (o “metal”), por difícil que sea, tiene el potencial de convertirse en el oro que ilumina una existencia más plena y consciente. Así, ‘Alkimia’ es como Gara Durán ha titulado su primer EP, su carta de presentación al mundo con cinco canciones llenas de simbología, con las que haremos un viaje por las fases del enamoramiento.
El EP abre con ‘Robot’, el primer tema que conocimos de este proyecto de corte pop emocional. Este robot se relaciona con el cuarzo amatista —que podemos ver en el videoclip —y la primera etapa del enamoramiento. Ese momento de armonía en el que crees estar cuando conoces a un nuevo amor, hasta que llega la ‘Kriptonita’, el mineral que hacía tambalear a Clark Kent y la segunda canción del EP. Un tema en el que entramos en la fase de incertidumbre y reconocemos el peculiar acento con el que Gara pinta sus melodías y sus letras. Un taconeo de fondo que nos lleva a preguntarnos hacia dónde estamos yendo en esta relación de alquimia.
‘Noto el nudo’, se convierte en la tercera canción y en el momento en el que algo se atraganta. La fase de ruptura, la tristeza y el desamor se hacen notar con el piano y aparece el ónix como piedra aliada, para tomar mejores decisiones la próxima vez. Un tema en el que Gara se luce vocalmente sin esfuerzo. Hemos hecho ya un camino hacia un lugar mejor en el que aparece ‘Sin pena ni gloria’. El piano se desvanece y entre baterías y violines, empezamos a ver la luz, el ave fénix resurge de sus cenizas con un tema más alegre y pegadizo. Esta es la canción que más tiempo lleva escrita y en la que lo positivo empieza a pesar más que la oscuridad.
Nos asomamos por una mirilla en la que el amor toma un cariz más optimista para llegar a una reflexión final: ‘Cuídalas’. Después del duelo, llevamos rosas al pasado y aprendemos una moraleja con la que encontramos esa luz. Así se cierra ‘Alkimia’, este EP de transición hacia un nuevo camino musical para Gara en busca de su propio oro. Como decía el gitano Melquíades cuando enseñaba alquimia a José Arcadio Buendía en Cien Años de Soledad (Gabriel García Márquez, 1967), al igual que las canciones, “las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarles el ánima”.
SOBRE GARA DURÁN
Gara Durán (Madrid, 1999), sabe qué es el oído musical desde antes de nacer. Su padre es cantante de ópera y su madre profesora de música. De pequeña, Gara solía ir a ver a su padre trabajar, creció viendo zarzuelas y óperas, pero aquello no se tradujo en un ansia por los escenarios, sino en timidez, lo que llevó a sus padres a apuntarle a clases de piano y danza desde los cinco años.
Después llegó la Universidad, la carrera de Periodismo pasó por encima de todas las disciplinas artísticas y dejó la música a un lado. Solo volvió para componer junto a su padre el tema ‘Burgos, alma especial’, una canción homenaje con la que se hizo viral en la región y llegó a oídos de Javier Ajenjo, director del Festival Sonorama en Aranda de Duero, de donde es su abuela. Él fue uno de los primeros que empezó a introducirla en la industria musical.
Y, desde entonces, Gara no ha hecho más que componer canciones y autoproducirlas con su ordenador. Una de las primeras en nacer fue ‘Cuesta respirar’ (2022), una balada con la que comenzó su proyecto personal. Un trabajo apoyado por Christian y Elsa de El Rugido desde el verano de 2024, y ahora por Universal Music Spain. Su lucidez como compositora le ha llevado también a escribir para Natalia Lacunza, Lara 91k, Yami Safdie, Martin o Juanjo Bona, entre otros.
Una nueva artista con una sensibilidad especial que se encontró en los musicales y en las bandas sonoras. Gara consigue letras muy visuales envueltas en una atmósfera melódica que bien podría estar enmarcada en el universo de Enya. Es la elegancia que ocurre cuando tus referencias parten de Michael Jackson, The Beatles, Sade, Phil Collins, Kate Bush o Coldplay y llegan hasta la actualidad de Clairo, Imogen Heap, Bon Iver, Lana del Rey, Oklou o Mk Gee. Un proyecto donde lo ambiental y lo emocional se encuentran en forma de canciones.
10.10.25 – MADRID – Sala B
17.10.25 – BARCELONA – Sala Taro
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